viernes, 8 de junio de 2012

"Desnudo número 10 en sí menor"

Desposeída de cualquier estorbo vano, apenas con un resquicio del amor de la otra noche cubriendo parte de su espalda, allí estaba.

Su sombra de silencio, proyectaba ecos de otras horas, de amor quizá.

Penélope a la espera, constante, ante el azabache de su sombra.

G. Gonçalves.





Soñadora arrepentida
Soñando, soñando con el moño puesto preparada para el balile, pero con tantas cosas en la cabeza que me quedo dormida.

Compuesta y sin novio, que se aburre de tantas cosas que pienso y no arranco.

Me pondré a dieta,cortaré yo misma el vestido, lo miraré todo con lupa, bajo el foco un robot, todo controlado, yo con el moño puesto y puesto me lo quedo, pero feliz pensando.



Alicia









UNO DE ESOS DÍAS DE FUGA

Pues sí, me senté, y mirando las mareas me enamoré del infinito, me encanta perder el tiempo, las mareas siempre traen resaca, las olas vuelven, sólo haya que saltar.

Xuso Rodriguez-Chás Seoane



A los 80 años, mi abuela decidió irse a vivir a una residencia. Cansada del insoportable vacío de un hogar sin la presencia de mi abuelo, hizo las maletas, reunió a sus hijos y se despidió. Así, sin más. La abuela Nuria siempre fue muy resuelta, y había decidido regresar a España, donde nació y de donde emigró por amor rumbo a un Berlín lacerado por un muro de ignominia.

Yo la miraba risueña, divertida ante los aspavientos de mis tíos y la tensión que creaba su poder en aquella vieja casa. "Esto es para tí", me dijo, ofreciéndome una caja de latón amarilla y descascarillada.
"Toma lo que quieras, y el resto lo tiras".
Tomé aquel tesoro con sumo interés. En su interior había varios sobres amarillentos repletos de fotos familiares. Ante mis ojos desfilaba mi propia vida en imágenes: mi primera bicicleta, mi examen en el conservatorio, mis primeros bocetos, la graduación en Bellas Artes... todo estaba allí preciosamente guardado. Pero lo mejor estaba por aparecer. De uno de los sobres asomó tímidamente una pequeña acuarela. Una mujer joven, de pelo largo y rubio posaba desnuda de cintura para arriba. Sin pudor, con naturalidad, como si llevase toda la vida mostrando sus pechos. El sombrero azul delataba unas vacaciones en Mallorca. El autor de aquella obra había sido mi abuelo, en esos días de juventud insultante en los que la vida se antojaba sencilla.
Me reconocí en sus ojos, en su pelo, en la balbuceante técnica del artista y me estremecí al pensar que un cuadro similar colgaba, con mi firma, de la mejor galería de Nueva York.

Carmen V.F.




Rana Rana
Rancaste Ranacuajo en el Ranal
pero una Rancajada te dio Rancor
y ahora eres Rancia Rancia
¡Ah! ¡no! que eres salamandra.
¿O eres lagartija?
            Uzturroz


Romance del Santo

¡Qué viene el Santo!
Cargando a su espalda la luna.
Los niños muertos de espanto
se apresuran a la cuna.

El niño en su habitación
temblando de puro miedo.
El Santo sale del rincón
y de la mano lo lleva al cielo.

¡Qué viene el Santo!
surgido de la bruma,
en compañía de su gato
con la piel de luz de luna.

El niño está soñando
con lunas de colores
por siempre y va extrañando
los jóvenes amores.

¡Qué viene el Santo!
Y su triste figura
en compañía de su gato
luz de luna pura.

En esa mañana calma,
calma que se está calmando
tendido el cuerpo sin alma
entona el gallo su canto.

¡Qué viene el Santo!
enviado por la parca
En compañía de su gato
con disfraz de luna blanca.

Y los llantos se suceden
en un abismo de pena negra.
Sólo es una casa vieja
y perdida en la miseria.

                Carlos González
Porción del diario del comandante:
Día 249:
Me encuentro dentro del módulo de exploración subterránea A-227.
Llevamos vagando por el subsuelo de Júpiter ya ocho meses, seis días y trece horas. Tanto la tripulación como yo perdimos hace mucho la esperanza de volver a casa algún día. Hemos tenido muchas pérdidas, algunos por la falta de víveres, otros no han podido soportar la presión de las circunstancias y han decidido suicidarse.
Día 250:
La tripulación se ha reducido a 14 personas. A este paso moriremos todos. Por suerte entre los que están entre nosotros hay cuatro médicos y cinco científicos.
Día 251:
Hemos avistado una masa que expulsa mucha energía. Hemos decidido que los científicos y yo iremos mañana a investigarlo
Día 251:
¡Hemos encontrado fintonita! Es un material recientemente descubierto que es capaz de producir energía limpia y ecológica que se puede usar para muchas utilidades. Ahora podemos salir a la atmósfera de Júpiter y buscar alguna nave que pase por allí para que nos lleve a la tierra poniéndola en el reactor principal. A no ser que alguien la use antes…
Día 252:
Uno de nuestros tripulantes ha utilizado la fintonita para cargar su móvil y jugar a los marcianitos, estamos pensando a qué castigo le someteremos.
Día 253:
¡Hemos encontrado una solución que nos beneficia a todos!(Excepto al del móvil) Hace que funcione el reactor y le ponemos un castigo. Hemos hecho que se trague el móvil y le hemos puesto en el reactor. La fintonita funciona, lástima que el muriera por sobrecalentamiento (Se lo tenía bien merecido).

David Martínez.


Andres Cuenca, “el bandolero” miraba fijamente, con los ojos levemente llorosos, la salida a hombros de los tres matadores. Triunfadores los tres en la corrida estrella de San Pedro Regalado, mientras robaba caladas a la tenue colilla, recogida en su último hálito de vida del suelo.
No se movió de la esquina de la plaza con el Paseo de Zorrilla, cuando pasaban las furgonetas que llevaban a los risueños matadores y feliz cuadrilla al hotel a las puertas del Campo Grande, en aquella esquina “veía” todas las corridas, su oído entrenado para distinguir las ovaciones y los silencios, los éxitos y los fracasos.
La última furgoneta, que “el bandolero” distinguió como la de Sergio Martín, el ídolo local, afincado en lo más alto del escalafón por tercera temporada consecutiva, paró a su lado, acogotada por los aficionados que solicitaban una foto firmada de su héroe, que la cuadrilla repartía, con alegría apenas contenida, ebrios de triunfo.
Sergio Martín, mientras, descansaba en el asiento trasero, alejado del bullicio de su cuadrilla, mirando sin ver a la gente que se arremolinaba a su alrededor, sabiendo que nadie le veía a través de las lunas tintadas. Sin embargo, hubiera jurado que aquel hombre le miraba fijamente, aquel hombre con ojos levemente llorosos, robando caladas a la tenue colilla, con aquellas enormes, feroces patillas que le daban cierto parecido con los bandoleros de Curro Jiménez.Se incorporó rápidamente y se acercó hasta la luna tintada hasta rozarla con la nariz, intentando ver mejor a aquel hombre, cuando un escalofrío le hizo volverse rápidamente atrás, a la seguridad de su refugio del asiento trasero.
A Sergio Martín, el ídolo local, afincado en lo más alto del escalafón por tercera temporada consecutiva, adorado por la afición, le entró un escalofrío cuando aquellos ojos levemente llorosos, le enviaron una muda reprimenda, un recordatorio de que se debía a su afición,´que probablemente gastó lo que no debía para verle, debido a la crisis, que era a él y no a sus banderilleros a quien la multitud quería ver, tocar, escuchar y, rápidamente, avanzó un paso, recogió una de sus fotos firmadas y se dirigió a la esquina para dárselo a aquel hombre,.
A Andrés Cuenca, “el bandolero”, le paró la furgoneta a un metro escaso de donde estaba, y, durante un segundo, le pareció ver en la tintada luna un rostro joven, risueño, cansado, orgulloso.
Cerró fuertemente los ojos, levemente llorosos, por efecto de aquel humo del demonio (¿qué sería aquello?) y cuando los volvió a abrir, vió en la luna tintada un rostro viejo, arrugado, casi enterrado entre unas enormes, feroces patillas, por las que le pusieron el mote entre los del gremio, que una vez soñaron con verle en la cumbre. Triste, tiró la colilla que, sin filtro, apuró hasta casi quemarse (mierda de tabaco, hasta mareado estoy), y se perdió entre la multitud camino a la pensión, a suplicar a Dora, su casera, una noche más en cama caliente.

Leandro Martínez Arribas
(1ª)

... Y me quedé
mirando al mar
por ver si volvía.

A veces
vi pasar barcos
pero pasaron.

Ahora, a veces pienso
si fue
o soñé que se iba

(2ª)

Te fuiste
un mediodía claro
y me quedé
en el muelle
sin taberna en la que llenar
el vacío de tu ausencia.
Me senté a esperar tu vuelta
que nunca llegaba.
Me trajeron una silla
y me tuvieron que llevar a mí  .
Pero la silla
te sigue esperando ¿eh?

                León (no el rey, sin el zorro)                     -qué pedrá

NIÑA BOBA
¿Ánade...!, en procelosos lares navegas..., ¿cómo te atreves? indefensa..., te miro, no quiero verte, no te adentres..., ¡te la juegas...! te oigo, te huelo, te siento...! lo siento, ya es tarde..., tengo hambre, te absorbo... tú desapareces...y ...yo crezco... (Crisis)

Xuso Rodriguez-Chás Seoane


Silla para no sentar cabeza
Hay corbatas avergonzadas de su espejo.
Del mismo modo, hay miradas hacia atrás que ven sillas al sur (que es el futuro)
La conciencia es el norte, y hay sillas que son brújulas.
No se puede sentar cabeza en sillas preparadas para marcharse, con restos de ojos, de anteojos que no ven de lejos y de hoces para rasgar las vestiduras que la propia silla recibió tras el naufragio.

Sillas para náugragos de un velero con bandera pirata, que servirán de leña para marineros con el alma calada hasta los huesos de santo.

En el juego de las sillas, siempre hay una de menos.

El Colmao no defrauda, siempre intenso, con aroma a toa la vida.
Uno se anima en cuanto entra en su cueva de encantos y uno se anima cuando entra a escuchar, beber, compartir y disfrutar con la gente que allí se le arrima.
Buen viaje y más de lo mismo por favor...!
Aaaaaaá que era relato sobre la expo.
Espero sepan disculpar mi ausencia.

Un cliente expo-radico.

Por cierto, esa lagartija, la ví en CADAQUÉS!

SAKARA


VIAJE AL CENTRO DE LA NADA
¡Ding dong! ¿Nos vamos?
Llegó Mo con la promesa de llevarme a un viaje corto pero intenso…
-Te va a encantar- me dice, un viaje al pasado, sé que no te dejará indiferente.
Sólo cambiar de aires, descargar y salir de la rutina, tarde de sol luminoso. Mo me lleva callejeando, cambiamos de tema de forma atropellada, como siempre, mucho que contar, lo que no pasa se sueña, nos comemos el momento con ansia para luego tener una lenta digestión.
Llegamos a una placita, hay una iglesia que ciertamente le da sabor a pasado, -¿hemos llegado Mo?-.
-No, pero está cerca- me contesta.
Un minuto más tarde nos encontramos pasando el umbral de lo que al principio me pareció un rincón andaluz, un poco destartalado. Pero entonces se produjo la magia, un rincón dentro de otro rincón. Como en un almacén de atrezo, o como el desván de la abuela que quiere verse ordenado.

Quizá fue un viaje al centro de la nada, porque yo formaba parte de lo que vi y soy presente, Mo es mi pasado y forma parte de mi presente.
Y todo volvió a la normalidad en la terracita, delante de nuestra caña fresquita y unos ojos azules que dieron color al momento.

Rita Rodríguez
Mónica Burgoa






UNO DE ESOS DÍAS DE FUGA

Voy a emular al abuelo que luchó por un ideal ante un mar de obstáculos.
Reniego del acomodado que sentado en la silla mira pasar las olas frente a sí.

Seré, quizá, el único honesto que prefiere naufragar por principios en un barco de papel, antes que perder mi dignidad como algunos poniéndome en evidencia, por exigir derechos que no tienen y que desean ver aprobados a toda prisa para beneficio propio.

No me indigno, me estremezco, tal vez por la brisa de un mar de información sobrecargado.
Soy un hombre de mi tiempo, pero quizá ahora sea tiempo de ser un Hombre de verdad.

Atisbos de humanidad sumergidos bajo una marea infinita de borreguismo y comodidad.
Temblores siento en mis manos encalladas de sumergirse tratando de rescatar a algún sensato, antes de que muera ahogado arrastrado por la masa "no pensante".

Reina ahora la paz ante vosotros, pese a que miréis la silla desde la que, hace un rato, mi alma puso rumbo a otro lugar, al saltar, cansado quizá, de esperar un cambio que ni se produce ni soy capaz de generar con mi aliento agotado de intentarlo.

Una dosis, si te niegas a inyectarte un antídoto, sabes que tu mente morirá.
Una simple dosis de "sentido común" y, la tormenta de corrientes, que subyace al mar en calma, dará paso a una bajada de marea que revele una playa nueva, donde ver varado (cual monumento) el frágil barco de papel que representa nuestros principios de humanidad.

Ya me diréis cómo era ese día pues ahora formo parte del mar.
Hoy lloveré sobre las ciudades.
Ahora ya no estoy, y no podré explicaros el porqué de todo esto.
Suerte a quien desee ocupar mi silla frente al mar.

Larry Dance


"Desnudo número 10 en sí menor"

Me acuerdo..., sí, me acuerdo, que una vez..., bueno, hace ya algún tiempo, vi con cierta nitidez la espalda desnuda de una mujer, ese acontecimiento, en mi tierna mente, desató una libido que hasta entonces, yo desconocía...

Xuso Rodriguez-Chás Seoane


Me siento en mi terraza favorita y ladeo mi cabeza ligeramente , entornando los ojos hasta que el sol se convierte en un brillo intenso de lineas doradas, borrosas .
Recuerdo nitidamente el día que te vi por primera vez .
Dejaste el sombrero sobre la mesa con ternura y comenzaste un ritual lento, apacible; conocías el arte de fumar en pipa, recuerdo aún ese olor intenso de las bocanadas de humo denso, disipándose en el aire ; un ligero aroma a té de bergamota invadió la terraza, cuánta paz irradiabas; siempre leyendo entre las brumas del humo gris.
Nada me hizo presagiar la intensidad de la pasión que se ocultaba tras aquel halo de aparente serenidad, tras aquel primer saludo intranscendente.
Miles de veladas nocturnas vienen a mi mente caldeando el ambiente , ya de por si tórrido en la tarde veraniega , Vivir con mayúsculas …..
Pido una cerveza amarga y helada, como el sabor de mis recuerdos, húmeda como mi ánimo, llena de espuma como el viento que precede a las olas .
Abro de nuevo mis ojos al sol , observo a mi alrededor; un niño sueña en su cochecito bajo la atenta mirada de su madre, algún funcionario ojea el periódico con un café humeante entre las manos, varios adolescentes gritan y ríen por cualquier cosa, cerca de mí, ondea un cabello a pesar del poco viento, que llama poderosamente mi atención. Siento unos ojos que se clavan en mi nuca y una especie de calambre eléctrico salta entre mi silla y la contigüa.
Mi vida gira de nuevo y sonrío a un nuevo desconocido ¿será un presagio o el efecto de mi terraza favorita?

Fuensanta López


NIÑA BOBA
¿Por qué me mira así?.
Ignoro su mirada y me concentro: no cruzar piernas, ni brazos, postura erguida pero relajada... Pienso qué le pasa a este hombre, por qué no comienza la entrevista, con la crisis no es fácil conseguir una, y menos un puesto de trabajo, y este hombre sigue en Babia…
No parpadea, no se mueve, luego nos dicen que en unos minutos tenemos que darlo todo y él parece muerto. Realmente lo parece. Me levanto, le toco, la frente fría, no encuentro el pulso en su grueso cuello.
Salgo corriendo, y al pasar por el mostrador de la secretaria la grito: ¡señorita, bastante difícil es esto para que me toque un muerto!. ¿Eh?, como única respuesta.

No he podido quedarme a ver qué pasaba, he sido una niña boba, la risa y el color los pondré más adelante.

Rita Rodríguez
Mónica Burgoa


lagartija

Se desnuda el día, los primeros rayos cubren lentamente un campo muerto de sed y de vida. A medida que la brisa de la mañana gana posiciones se aprecia un movimiento a lo lejos, a ras del terreno áspero y duro …
Algo con forma de huevo con sus movimientos torpes e impredecibles, hace sospechar que hay vida dentro de él. Al poco, con un ansia tremenda, queriendo descubrir qué hay fuera, se aprecian unas garras asomando el blanco cascarón, instantes después el cascarón rompe... Una preciosa lagartija con un semblante de nobleza, comienza a desfilar, como si estuviera esperando las aclamaciones de sus súbditos. Lástima ... los únicos asistentes a la ceremonia eran unas trabajadoras y madrugadoras hormigas que se disponían a comenzar su tarea, que sorprendidas cuchicheaban y reían entre ellas, viendo la escena, eso sí, mientras realizaban sus trabajos de la jornada.
La Lagartija desorientada no entendía nada, y aturdida por su extraña acogida, comenzó su andadura caminando sin rumbo y sin saber por qué.
Pasó un tiempo, años, quizás, y siempre recordaban las hormigas los aires de grandeza, de aquella pequeña lagartija … pero fue un día cualquiera cuando de repente parecía que el día se oscurecía, que había comenzado quizá la batalla final de los vientos del Norte contra los vientos del Sur, el aire podía con todo, un tremendo rugido mandaba callar al silencio … de la nada , y suspendida en el aire, qué grandioso … es la figura de un Dragón hermoso, nunca habían visto nada igual, pero rápidamente las hormigas reconocieron aquella belleza suspendida con sus alas, era La Lagartija convertida en un adulto Dragón. Una vez que encontró a sus amigas las hormigas, agachó su enorme cabeza y con una grave pero inolvidable voz les dijo … LOS DIOSES ME HICIERON PEQUEÑA PORQUE ME RESERVABAN ALGO GRANDE, ÉSTE ES MI REINO Y YO VUESTRA REINA.

Pedro del Barrio

RELATO EN AZUL

Estaba por esperarte, por mirar atardeceres hasta que la luna fuese azul en la mañana. Estaba por aguardar tu vuelta, pero las cosas se pusieron mal, querido. Lo que te prometí, lo que nos prometimos, es ahora papel devaluado. Me voy a nadar, que me ahoga esta quietud de promesa rancia.


Vidal G.

La Verdad, hizo un gesto sencillo y evidente, señalando el camino portando una pequeña luz que nos iluminara...sin embargo nadie dejó su pequeño hábito de refugio.... el abuelo, engullido en su cojín de ensueños marineros siguió en ellos sin conseguirlo. El pequeño, venía de la nada con "aquello" en lo que apoyarse, yo mismo en mi afán por la verdad construida con brújulas seguí a sus espaldas. Hasta el gato dueño de instintos clarividentes no movió ni el rabo.

Silvia Puentes

El Colmao de las maravillas
(Siéntate a leerme y ébreme)

- Sr. conejo, ¿dónde va?
- A un lugar donde se paró el tiempo
- Y está lejos?
- No me entretengas, llego tarde

- Dr. gato, voy bien al Colmao
- Te equivocas, no soy gato, soy Humano
- ¿Está seguro?
- Lllevan toda mi vida llamándome así.
- Creo que la reina de copas no está de buen humor.
- No fumes o te corto la cabeza.

jueves, 17 de mayo de 2012


 

LOS NÁUFRAGOS


Ayer falleció mi hermana en el sanatorio Fray Juan Gilbert Jofré. Entre sus objetos personales una primera edición del Aleph y dos volúmenes de la Odisea. Había perdido toda lucidez, su último escrito daba buena fe de ello:

"Anoche me fue revelado el verdadero fin del poema. Un día de primavera el hombre llegó del mar. Iba descalzo y vestido como sólo un náufrago o un vagabundo pueden hacerlo. No obstante en su paso solemne y en su mirada brillante de imaginación todos reconocieron al fecundo en ardides.

Ese mismo día se celebraba en Ítaca la elección del pretendiente de Penélope; numerosos hombres faltos de escrúpulos venidos de toda Grecia competían por el favor de la entristecida reina.

Este es el primer dato erróneo de la versión de la Odisea que ha llegado hasta nosotros. En ningún momento Ulises ha de demostrar que es quien obviamente es, -pues en aquella época la verdad no se había rebajado a tener que probarse-, sino que los numerosos pretendientes se abren a su paso, temerosos del legítimo rey; algunos huyen avergonzados saltando por las tapias, otros luchan desesperadamente contra el mar. Un tercer grupo, menos numeroso, queda inmóvil sobrecogido por la repentina mirada llameante, llena de vida que Penélope dirige a Ulises.

De ese modo, el rey volvió a los brazos de su reino, a su mirada floreciente de paraísos inconcretos. Sintió sus dedos finos y nerviosos corriendo por su barba y el correr del pelo moreno de Penélope por su cara le colmó de una alegría tan antigua como el mundo.

Los pretendientes, asombrados por la grandeza del hombre, escucharon cómo éste se dirigia a ellos
"Yo decidí el signo de una guerra. Yo, Ulises, sobreviví a la guerra, a los dioses y al destino. He presenciado el horrible correr de la sangre de los hombres, he navegado a la deriva durante meses, y sólo el constante recuerdo de Penélope me mantuvo con fuerzas para seguir luchando contra una voluntad terriblemente superior a la humana. Mientras, vosostros os rebajábais a tentar a vuestra reina, o peor aún: a una mujer enamorada. De modo que mi venganza no es otra que el destino que los dioses tengan reservado a hombres como vosotros. Mi venganza no es otra que la de olvidaros sin piedad".

Acto seguido, Penélope lo tomó para llevarlo a aquel rincón apartado de la isla donde hacía tantos años, antes de la guerra, construyó el pequeño embarcadero en el que ella pacientemente lo había esperado tantas noches de luna llena, le contó cómo tontamente se había sobresaltado al ver cada navío en el horizonte, anhelando que fuera el suyo, le recordé el hermoso velero en el que navegamos en torno a la isla, cómo la veíamos cubierta del verde de los olivos, salpicado de rebaños tan blancos que se confundían con las nubes.

Le dije que yo, Penélope, le seguía esperando".

Hoy sé por qué la encontraron muerta sobre el agua -el cambio de tercera a primera persona en el último párrafo me hizo llegar a esta conclusión- Penélope se entregó al mar, pensando que se entregaba a Ulises.

Carlos González


LAGARTIJA


El movimiento fue el inicio del nacimiento de una sed interior, bebí y bebí del movimiento y así acabé convirtiéndome en una extraña masa veloz, que despedía energía constantemente.
Paró.
Llegó un hombre barbado, me etiquetó, me apartó.
¿Existo o no?
Yo me observo
y sólo veo una lagartija.

Azul.

 

Uno de esos días de fuga


Y sin darnos cuenta llegó la noche... sentada en mi silla me dejo acariciar por la brisa del mar, el sonido de las olas, la soledad.
¿Qué más puedo pedir? No necesito más que este incomparable paisaje y un poquito de tiempo para reflexionar sobre todos los buenos momentos que he pasado y esperando que sean muchos más los que pueda disfrutar.

Cristina (la retalera)


(Escrito a cuatro manos, las dos manos de Teresa -T- se pueden leer por separado.
Las dos manos de Nuria -N- también, y por supuesto todo seguido a cuatro manos)

 

Una chica abandonada,            (T y N)

PENSANDO EN SU FUTURO               (N)
 

mirando hacia el mar y las estrellas         (T)
 

IMAGINÁNDOSE EN ESE BARCO        (N)
 

su amor y su cultura                              (T)
 

ILUSIONÁNDOSE CON SU RUMBO    (N)
 

son tan grandes como esa luna llena.       (T)


Teresa y Nuria del Olmo.

 

LA VIEJA CORBATA Y EL ÓXIDO.


La habitación era sencilla, poco más que cuatro paredes y una ventana. La luz se filtraba y rebotaba en el color gris, reflejo de quien la habitaba y de su vida.
Una mesa, viejos libros, un armario con trajes desgastados y al fondo una silla. El hierro ya está oxidado, nadie la usaba ya. Sobre ella se acumulaban corbatas, tampoco las usaba nadie ya. La descolorida tela se agrieta, el polvo se acumula sobre ellas y la luz las alcanza.
Allí seguirán hoy, igual que ayer y que mañana; y el recuerdo de su vida ya no es más que óxido en una habitación en la que nadie entra.

Doc Pastor.

 

¿DÓNDE ESTOY?


¿Qué hora es? ¿Qué día es?
... ¿Dónde estoy?

¿Soy actriz en una película y esto es el descanso?

Ya lo sé, esto me suena, acabo de despertarme de una siesta de dos horas. No pasa nada, todo está bien.

Pero no va bien, sé que no es verdad, siento todo, e incluso tengo sensación de saber todo. No es posible saber y entender tanto y no estar en una película. Quizás estoy en coma. Ay, para de hacer eso, tu imaginación sobrepasa los límites de la realidad. ¡Céntrate!

¿Por qué tanta claridad? No me parece real. Vale, voy a intentar recordar lo que pasó antes.

Puedo ver la silla, pero no entiendo por qué sólo está la silla, no me veo a mi misma ni a nadie más. ¿Hay alguien más? Sí lo hubo. ¿Quién era? No quiero saber quién era la otra persona, me duele demasiado.

Era mi hija, se cayó al agua y ahora estamos juntas.

Eso fue lo último que pasó.

 
Keri MacManus


 

El calor de un bar en el amor


Por San Pedro Regalado,
mayo del 2012,
sentadito en El Colmao,
... un verdejo, una cerveza,
y un cuadrito "olvidao"
¡¡Es una terracita!!,
no puede estar "ignorao"
Disfrutando la cerveza, el verdejo,
y muy bien "acompañao",
con Laurita y Aurorita,
a tí dulce terracita,
a tí cuadrito "olvidao".

José Luis Casado.


 

LA NATIVA


Recuerdo los días en que ella se estresaba tanto que necesitaba ir corriendo hasta la playa, sentarse en su habitual sitio, y simplemente mirar el mar.
...
La gente siempre decía que ella estaba un poco mal de la cabeza, y que debía ir al psiquiátrico cuanto antes. Recuerdo una ocasión donde unas mujeres intimidadas por su comportamiento tan distinto al suyo, la atacaron, hasta dejarla tirada en el suelo, casi inconsciente; desde ese momento intentó ser más cuidadosa con sus acciones, y en la tienda no solía hablar con las clientas de temas más lejanos que el precio de las alubias y lentejas de oferta.

A pesar de todos los malos rumores sobre ella, yo siempre pensé que era una sirena; con su belleza indomable, su mirada inquieta, su espíritu vivo y salvaje, y el hecho de que nadie nunca supo de donde venía, aunque el no conocer nuestro idioma, la delataba como nativa.

El día que desapareció pensé que había vuelto al mar, y por eso, le dejé una silla en el embarcadero, para que pudiese volver al lugar donde solíamos pasar nuestras horas muertas, admirando la inmensidad del océano, lo que le relajaba y tranquilizaba.

Siempre albergué la esperanza de que volviera.

Pero nunca volvió.

Lía.


 

LA CORBATA


Como siempre al llegar a casa, papá dejaba la cartera de cocodrilo tirada en el sofá de cualquier manera, como el cadáver de un animal atropellado, sin sentido, como fuera de lugar, aunque se tratase de una cartera que nos regalaron los abuelos antes de su viaje a Canarias, la últ...ima vez que les vimos, y que tenía aproximadamente un valor de, según me dijo papá, "todos los juguetes que has deseado toda tu vida, más otros cuatro". Caminaba hacia el salón, donde yo le esperaba en el sillón mecedora con el pijama azul de cuadros, y con los ojos bien abiertos para ver todo el recorrido de la llegada, por muchas veces que ya lo hubiese visto antes y por muy bien que lo conociese; esa era mi parte favorita del día, cuando, por fin mi padre era sólo para mí, y nadie más; ni jefes, ni clientes, ni ninguna otra persona aparte de mí, sólo mío, por muy poco tiempo que estuviésemos juntos.

Siguió caminando por el pasillo, hasta mi sillón, me plantó un beso en la cabeza, y, como todos los días, un abrazo un poco demasiado fuerte, algunos días me hacía daño, me clavaba los botones de la chaqueta, y me dejaba las marcas en el pecho; pero aquel día fue un abrazo más suave y sin ganas.

Se desabrochó la chaqueta mientras caminaba en dirección al baño, donde se lavó las manos y se las secó en el pantalón, y tiró la chaqueta al suelo. Se desabrochó a continuación la camisa, dirigiéndose ahora a la cocina, y tirándola al suelo, recibiendo así el mismo destino que la chaqueta. Se quedó así sólo con la corbata puesta al cuello, y se la quitó, un poco más despacio que el resto de las prendas de trabajo.

Siempre pensé que la corbata era algo así como la correa de un perro, no era totalmente libre hasta que se quitaba la corbata, y como todos los días, la tiraba a la vieja silla sin asiento del rincón de la cocina.

En ese momento, cuando por fin mi padre era mío, toda nuestra vida cambió justo cuando la puerta sonaba ante las miradas frías y desconcertantes de todas aquellas personas, dirigidas a la simple tabla de madera que nos separaba del resto del mundo.

Lía.


"Animal con gato de espaldas"


Ser: "Curioso animal". Gato: "Curioso ser". Ser: "tu cerebro es pequeño. No me serviría ni como desayuno". Gato: "Estás desprovisto de nariz. Eres desagradable". Ser: "Jamás quise hacerme cargo de tí". Gato: "Nunca quise viajar por el espacio". Ser: "Maldito universo". Gato: "Maldito ratón".
Jktxt el viejo y Snap, la mascota de la base espacial no tardaron en hacerse amigos. Las cosas en el planeta MRS357 del sistema solar 7B resultaron no ser muy diferentes que las cosas en el planeta TIERRA...

Estefanía.


"Serpientes en el desierto".


Aún recordaba el día en el que había entrado en el desierto. Quería olvidarlo, quería olvidar ese día, como quería olvidar también el motivo. Caminaba sin descanso, uniendo los días. Atrás, la nada. Más adelante, la nada también. Algunos días el infierno del desierto le resultaba espantosamente frío, y entonces se arropaba más, ...soñando con la calidez de unos brazos de mujer. De noche, ella se deslizaba entre su cuerpo, lentamente, prometiéndole muerte y olvido. Siseaba palabras en su lenguaje de reptil, le acariciaba con su lengua doble, enseñándole los colmillos llenos de dulce veneno. Había intentado abandonarla, pero siempre volvía a él al anochecer. Le había pedido clemencia imnumerables veces, pero jamás se la había concedido. Dos soles acompañaban su camino. El desierto, como la tristeza, no terminaba nunca.

Estefanía.

viernes, 11 de mayo de 2012

 

 

MUJER DESNUDA CON SOMBRERO AZUL


 Mujer rubia que soslayas
con tu dulce mirar me atrapas
tu cabello rubio solamente caza
más sin quererlo, los suculentos labios
encantan
corazón coronado de dulces pechos
efluvio de leche plañidera, mi consuelo
esta desnudez, mi denuedo
apenas respirar puedo sólo pienso
tu mirar alcanza mi alma racha
de un fuego en un latir, morir
escaso universo
pero infinita es la sombra de tu sombrero
tan azul como el ajetreo
de la ciudad muerta con horizonte abierto.

MAGISTRATUS


 

CUENTO DE DOS LUNAS, SOMBRAS Y COMAS


Clara noche de dos lunas, donde los oscuros sueños cobran vida, con forma de sombra, con calamares de dos ojos, ojos negros, contrapunto de las lunas, la sempiterna lucha de poder, mal y bien, sombra poderosa, dibujada por Botero, gorda, negra, tenebrosa, cuento sin puntos, lleno de comas, mascotas de largos tentáculos, sueño demente, de noches dormidas e insomnes, cuento de locos, cuento de sombras, cuento de lunes, cuento de mi sombra deformada, cuento de comas ,,,,,,,,,,

OpusNigrum


MASCARÓN DE PROA


Por un simple resbalón.
Se cayó al agua y empezó a encontrar cosas.
Primero, que podía respirar allá abajo entre las algas.
Segundo: La Cruz del Sur. Ella nunca olvidaba su brújula.
Se escondió tras un arco iris submarino de su invención para acechar horizontes azul-satinados y pececillos de oro.
Con unas brazadas emergió, otra vez el sol y las gaviotas.
Se quitó la corbata, se puso el sombrero y se sentó.

Arturo.

"Mujer desnuda con sombrero azul"


Vanidad de vanidades. Nunca me he sentido peor. Pero, vamos, ¿qué necesidad tenías de dejarme así ante todos? Yo no quería nada. Puedo jurarlo, yo no quería nada. Sólo hablar. ¡Ya!, me dijiste, ¡¡hablar!!
Sabes lo mejor, lo que más me gustaba de tí era el sombrero. Cuando se puso el sol quedó todo. Mi vida rota, tu destino cumplido. Te guardo un rencor íntimo, pero intenso. Necesito beber la derrota para ser feliz. Es lo único que te agradezco.

César M.R.

CUADERNO DE BITÁCORA


Estoy feliz, siempre soñé con vivir en este planeta.
A cien años luz de la Tierra y con rocas de lapislázuli que cubren el 90% de la superficie, el color azul me envuelve día y noche.
Aquí los cuerpos de la Tierra se comportan de forma extraña. A veces dejo de verme las manos, o las piernas y pienso que he muerto, entonces me tiro al agua y veo las ondas espesas que mi cuerpo forma en el líquido añil. Entonces respiro tranquila.

Todas las noches despliego la pasarela auxiliar de la Tarkis IV y me siento en el objeto 3984F a verme desaparecer. Hago hologramas de barcos de papel que navegan tiempo infinito. Imagino que en uno de ellos viajas tú.
-Nexus 20- Año 2716 de la Era Ómicrom.

Zhora 66





Por la Cornada que tengo en la
cara me apodan "El descarado",
infinitas llevo en el alma y
aun no soy un desalmado.

Xuso

LA PIANISTA QUE NO LO FUE


Tocó el piano hasta los 20 años. Y un día, sencillamente, no volvió a hacerlo. Perdió la confianza en sí misma, perdió el camino, o siguió la senda equivocada, o se convenció de que no era lo suficientemente buena. Y dejó de disfrutar. Buscó la felicidad donde dificilmente podría encontrarla, en lugares tóxicos, en personas vacías, en el camino convencional.

Hasta que alguien le mostró un apps que simulaba un teclado. Y volvió a disfrutar. Y desempolvó el viejo piano de casa de sus padres. Y lo trasladó a su propia casa. Y volvió a tocar. Y descubrió quién era. Quién había sido siempre. Una pianista de alma melancólica, de futuro incierto, y de presente hecho de música.

Carmen Devesa Fernández.

 

 

La Niña Boba

 
Una mujer que llama la atención, nada discreta. Unos grandes labios vestidos de rojo, sellados bajo una gran sonrisa que inunda toda su cara.
Estrafalarios pendientes, accesorios de lo más dispares que captan la atención de todos los que se cruzan en su camino.
Una estampa singular, una mujer poco común, acaparando miradas y comentarios.
Pero ya no le importa, se pone lo que quiere, sonríe y no le importa, es feliz y lo demuestra. Ahora es libre, ya no está sometida bajo su yugo, ya no llora a solas ahogando suspiros.
Una noche cálida de verano decidió dejar de ver su vida por la ventana, le esperó a oscuras con una escopeta de caza sentada en la cocina, oyó la puerta... y vio su vida desde sus ojos cansados.
Por fin dejó de sufrir, por fin sonrió y fue feliz.

Bea.

 

BY BY LOVE (All that Jazz)

Cayó en desgracia y se calló. Nadie supo por qué ni carajo importaba. Sus trastos quedaron allí, con cuatro versos sin juntar -los únicos que escribió en su vida- y una copa de cognac medio vacía. No dejó retoños ni viuda al mundo que le sobrevivió; unos dicen que porque no quiso, los que le conocían que porque no pudo.

El despacho que se lo merendó día a día quedó a cargo de un montón de papeles huérfanos clasificados en "Pendientes", "eau de tabac" y una piara de corbatas sucias. "Yo eso no lo limpio", dijo la secretaria.

Y ahí quedó, la última corbata abrazada a su cuello y los pies en el aire sobre una silla muerta.
A la semana siguiente pasó el servicio de basuras.

Petit.

 

RELATO EN AZUL

Estaba por esperarte, por mirar atardeceres hasta que la luna fuese azul en la mañana. Estaba por aguardar tu vuelta, pero las cosas se pusieron mal, querido. Lo que te prometí, lo que nos prometimos, es ahora papel devaluado. Me voy a nadar, que me ahoga esta quietud de promesa rancia.


Vidal G.

Cuento sobre la lagartija


Se desnuda el día, los primeros rayos cubren lentamente un campo muerto de sed y de vida. A medida que la brisa de la mañana gana posiciones se aprecia un movimiento a lo lejos, a ras del terreno áspero y duro …
Algo con forma de huevo con sus movimientos torpes e impredecibles, hace sospechar que hay vida dentro de él. Al poco, con un ansia tremenda, queriendo descubrir qué hay fuera, se aprecian unas garras asomando el blanco cascarón, instantes después el cascarón rompe... Una preciosa lagartija con un semblante de nobleza, comienza a desfilar, como si estuviera esperando las aclamaciones de sus súbditos. Lástima ... los únicos asistentes a la ceremonia eran unas trabajadoras y madrugadoras hormigas que se disponían a comenzar su tarea, que sorprendidas cuchicheaban y reían entre ellas, viendo la escena, eso sí, mientras realizaban sus trabajos de la jornada.
La Lagartija desorientada no entendía nada, y aturdida por su extraña acogida, comenzó su andadura caminando sin rumbo y sin saber por qué.
Pasó un tiempo, años, quizás, y siempre recordaban las hormigas los aires de grandeza, de aquella pequeña lagartija … pero fue un día cualquiera cuando de repente parecía que el día se oscurecía, que había comenzado quizá la batalla final de los vientos del Norte contra los vientos del Sur, el aire podía con todo, un tremendo rugido mandaba callar al silencio … de la nada , y suspendida en el aire, qué grandioso … es la figura de un Dragón hermoso, nunca habían visto nada igual, pero rápidamente las hormigas reconocieron aquella belleza suspendida con sus alas, era La Lagartija convertida en un adulto Dragón. Una vez que encontró a sus amigas las hormigas, agachó su enorme cabeza y con una grave pero inolvidable voz les dijo … LOS DIOSES ME HICIERON PEQUEÑA PORQUE ME RESERVABAN ALGO GRANDE, ÉSTE ES MI REINO Y YO VUESTRA REINA.

Pedro del Barrio

viernes, 4 de mayo de 2012





Primer participante en el concurso de El Colmao.
Sobre el grabado "Desnudo número 10 en sí menor"



Desposeída de cualquier estorbo vano, apenas con un resquicio del amor de la otra noche cubriendo parte de su espalda, allí estaba.

Su sombra de silencio, proyectaba ecos de otras horas, de amor quizá.

Penélope a la espera, constante, ante el azabache de su sombra.

G. Gonçalves.


Pues triple G.

Gracias G. Gonçalves

miércoles, 2 de mayo de 2012

Y durante el mes de mayo puedes seguir contándome un grabado que no me sepa en el Colmao de San Andrés. Para el que no lo conozca es un bar que está detrás de la Iglesia de San Andrés, que a su vez está en la calle Mantería. Es un bar que engancha, si vas una vez vuelves seguro.

Además en esta ocasión Maite y Juan han prometido un premio al mejor de los relatos o cuentos cortos originales que se presenten durante el mes de la exposición y estén inspirados en los grabados. En el cuaderno de la exposición se pueden seguir escribiendo poesías o textos evocados de otros autores, pero estos no entrarían en concurso.

Así que animarse a visitar la exposición, pedir un vinito y escribir un cuento corto original. Gracias Maite. Gracias Juán.



Desde este mes se pueden encontrar algunos grabados en la galería Samuel, en la calle Panaderos esquina con Divina Pastora.
Y además se pueden comprar...
Y de nuevo sobre el mismo grabado.
Escrito en la calle Peña de Francia, Callejón de Ricote en el mes de abril por Ana y Rafa. Como no tengo su correo les doy las gracias desde aquí por participar en esta aventura.



Tierra y mar… y la luna en el cielo, solitaria y fría.
La soledad del pensador sentado en su silla de madera de olivo.
La soledad del pescador que zarpó con su barquilla rumbo al sur.
Hoy se encontraron los tres en casa de Ruth y Nacho para hablar del amor.