jueves, 17 de mayo de 2012


 

LA VIEJA CORBATA Y EL ÓXIDO.


La habitación era sencilla, poco más que cuatro paredes y una ventana. La luz se filtraba y rebotaba en el color gris, reflejo de quien la habitaba y de su vida.
Una mesa, viejos libros, un armario con trajes desgastados y al fondo una silla. El hierro ya está oxidado, nadie la usaba ya. Sobre ella se acumulaban corbatas, tampoco las usaba nadie ya. La descolorida tela se agrieta, el polvo se acumula sobre ellas y la luz las alcanza.
Allí seguirán hoy, igual que ayer y que mañana; y el recuerdo de su vida ya no es más que óxido en una habitación en la que nadie entra.

Doc Pastor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario