jueves, 17 de mayo de 2012


 

Uno de esos días de fuga


Y sin darnos cuenta llegó la noche... sentada en mi silla me dejo acariciar por la brisa del mar, el sonido de las olas, la soledad.
¿Qué más puedo pedir? No necesito más que este incomparable paisaje y un poquito de tiempo para reflexionar sobre todos los buenos momentos que he pasado y esperando que sean muchos más los que pueda disfrutar.

Cristina (la retalera)

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